Es fácil tratar de adivinar la visión de casi cualquier organización financiera. Sin temor a equivocarme, ésta podría escribirse como: llegar a ser la más importante de la región. Es más, tal vez “me estoy quedando corto”.
Pero cualquiera que ésta sea (la visión), requiere construir diversas competencias para escalar. Son competencias que hoy han evolucionado y distan mucho de lo que se requería hace algunos años.
Por ejemplo, anteriormente era necesario tener un área comercial robusta, distribuida y supervisada... un cuerpo de ejecutivos de venta, persiguiendo oportunidades de puerta en puerta.
De la misma manera, era necesario un equipo operativo que tuviera la capacidad de atender de manera secuencial cada aplicación de crédito y, si aumentaba el volumen, forzosamente debía incrementarse el equipo.
Incluso, era necesario contar un área de control interno para asegurar que efectivamente se seguían los procedimientos, a través de “cifras control”. Esto significaba verificar manualmente, lo ejecutado (también manualmente)… se trataba de un equipo de personas (también proclives a errores manuales), supervisando a personas para revisar (manualmente) posibles errores manuales… ¡sí, todo era manual!
Estas competencias (como muchas otras), implicaban estructuras pesadas, burocráticas y difícilmente abiertas a la innovación. Una estructura así, ocasionaba una fuerte presión financiera y requería de un equilibrio muy estricto para no poner en riesgo a la organización.
Afortunadamente, esas prácticas del pasado ya no existen. O, ¿me equivoco? Tal vez ciertas organizaciones (no sé si la tuya) aun cuentan con estas estructuras. Para ellas, sólo hay dos opciones: escalar o fallar.
Desde mi perspectiva, la única (opción) permisible, es escalar. Seguramente estarás pensando:
¿cómo hacerlo con recursos limitados, si todos ellos están destinados en ‘mantener el barco a flote´?
Y tienes razón, ¡esa es la pregunta! Porque no hay otro camino para maximizar la rentabilidad, que el de reducir costos y/o aumentar ingresos. Donde los primeros (reducir los costos) pueden implicar poner en riesgo a los segundos (los ingresos).
Un camino que ha resultado exitoso para muchas organizaciones (y tenemos ejemplos de ello), es a través de una transformación paulatina y gradual, con baja inversión y resultados ágiles (si te interesa saber cómo lo hemos hecho, te invito a que platiquemos aquí).
Se trata de una transformación a través tácticas de corto plazo, implementando procesos y controles automáticos que aseguren la operación, mitiguen riesgos y reduzcan los costos; todo a través de una solución digital 360.
El ajuste de estas competencias (hacia una visión digital), es la mejor forma que considero puede dar espacio al crecimiento... escalando sin fallar. En pocas palabras es hacer más con menos, apalancados en tecnología.
Hablo de una transformación tecnológica, que a través de la estrategia correcta, te permita explorar los beneficios y ventajas del mundo digital, y que permita habilitar herramientas automáticas para focalizar recursos. Sólo una visión de apalancada en acciones innovadoras, te permitirá escalar y no fallar en tiempos de alta competencia y contracción económica.
En el mercado, hay múltiples alternativas para organizaciones de todos los tamaños y todos los presupuestos. La solución correcta para tu organización, será aquella que te permita hacer más con menos al costo correcto, siempre y cuando, ésta cuente con las capacidades para hacer frente al futuro. Porque hay que decirlo, hoy ese futuro en el sector financiero, se llama Fintech.
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G.
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Por Gustavo Solorio, Co-Fundador de Croop.
Croop.mx
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